jueves, 7 de octubre de 2010

Cuando las hijas del proletariado se vuelven mujer

                
¿Cómo fue que te hiciste mujer? Si hace poco tiempo jugábamos juntos.
¿Porque tan rápido? Si se nota que en la inocencia de tu mirada todavía quieres ser niña.
¿Porque quisiste florecer? Si sabes que las hijas de los obreros son como flores que no tardan en marchitarse.
¿Acaso no te gustaba jugar? ¿Acaso no fui un buen amigo?
¿Acaso las risas de nuestra infancia ocultaban tu tristeza?
¿Acaso querías huir de un mundo en donde las oportunidades solo pueden ser observadas de lejos?
¿Acaso buscabas en él la salida de este complejo laberinto?
¿Sientes que el vació que dejaron otros será llenado simplemente porque quemas la etapa que debería ser la más bella, para vivir otra que no conoces?
¿Sabes qué? no te culpo, y en el fondo me hubiera gustado tener más tiempo para que me elijas como el que opaca tus tristezas, tu salida del laberinto y el que llena el vacío de tu corazón.
Solo me queda vivir la última agonía de mi infancia invitándote a jugar por última vez para que seas por un momento niña antes de volverte mujer.

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